La marca Diesel ha apostado siempre sobre
la diferencia como planteamiento conceptual de relación con el observador /
consumidor, a través de un tratamiento lúdico. Buscar la diferencia parece casi
una regla en el campo de la creación de marcas. Pero lo importante en el caso de Diesel es en qué dirección
la ha buscado. En sus diferentes campañas, propone un acercamiento a lo común
de la gente, no hacia lo que aspira ser/tener/hacer/significar para los demás,
sino a lo que la gente piensa que la disminuye, los malos pensamientos, la mala
inteligencia, la mala apariencia, y que justo por esta razón, la caracteriza. Propone
una “reconciliación” con uno mismo, a través de la diferencia que no es
apreciada. De esta manera la diferencia ingresa en el territorio de lo no valores,
pero lo hace jugando, con la imaginación, con el contrasentido, con las formas.
Una campaña relevante para esta estrategia es su campaña Be stupid.
Jugar
con los estereotipos, es divertido. En esta campaña, el efecto queda
garantizado, la simpatía de la gente también. ¿Cómo construye otras campañas y
como concreta el asunto de la diferencia?
Mihaela Radulescu