El libro ilustrado es una obra de arte a la vez que es una
comunicación intersemiótica, que se construye en la intersección de dos
sistemas semióticos, el texto verbal y el texto icónico-plástico, cuyo
encuentro se da bajo el signo de la composición visual. Como obra de arte apela
a menudo a la extrañeza, pero a diferencia de las obras de arte que pueden
encerrarse en su extrañeza, la narrativa gráfica incluye una argumentación que
explora las expansiones comprensibles e interpretables de la extrañeza, para
asegurar la coherencia del libro, que de por si se enfrenta al desafío del
encuentro generativo de los dos lenguajes. Para indagar en la presencia de
estos elementos contitutivos, la extrañeza, la interacción texto-imagen y la
coherencia del libro construida sobre su progresión, enfocaremos las siguientes
publicaciones, expuestas en la Feria Internacional de Bologna 2015 ( son parte
de mi registro de investigación de la narrativa gráfica).
La afirmación de la extrañeza puede comenzar desde la
carátula, junto con las intertextualidades.
Puede darse como parte de la coherencia del libro, como en el
siguiente ejemplo, en el cual se exponen las intertextualidades con obras famosas
de la historia del arte como portadoras del sentido del libro.
Las mismas escenas pueden – a través de sus contenidos y
tratamiento visual – mostrarse bajo el signo de la extrañeza, incluso con
nuevas interpretaciones del texto, como en el caso de Horla.
El mismo tema puede fijarse como objetivo provocar el efecto
de extrañeza y por ende el libro explora el tema en busca de este efecto.
La extrañeza puede resolverse en ingenio.
La misma progresión/coherencia/cohesión del libro puede
construirse en torno al este eje: extrañeza/ingenio. En el siguiente ejemplo,
se opta por la construcción de un lenguaje señalético para el texto, el cual se
transforma de este modo en imagen / señal.
¿ Cómo funciona para el lector esta propuesta ? He aquí lo que los editores ponen como explicación:
el uso de símbolos para una nueva forma de comunicación.
En cuanto a la relación texto-imagen esta se da tanto a nivel
de contenidos como a nivel de interacción en la página.
La tendencia es la reducción del texto
hasta su eventual eliminación, por lo cual habría un nuevo género: el libro
enteramente visual.
Mihaela Radulescu/12.05.15