lunes, 28 de septiembre de 2015

La interactividad en el proyecto de diseño

Mihaela Radulescu 28.09.15

 Las nuevas tecnologías y los  entornos digitales ofrecen herramientas de comunicación que permiten a los usuarios transitar el universo digital, explorar  nuevos circuitos comunicacionales. Entre las consecuencias están las  nuevas formas de concebir el espacio, con conceptos como inmediatez, infinitud, multiplicidad y simultaneidad y las nuevas formas de interactuar con el espacio, el tiempo, los demás, uno mismo. El diseño  aprovecha esta  apertura y el  pensamiento gráfico se acerca al conocimiento compartido y a la interacción, siguiendo el nuevo paradigma de la conectividad,  la globalización y la  la hipercomunicación. Los resultados se ven en los juegos interactivos y  en la realidad aumentada. Un buen ejemplo es el  juego “Dreams” que Media Molecule está lanzando este  año, que permite crear y manejar  personajes, escenarios y todo tipo de elementos, visuales, musicales, etc.
 DREAMS | E3 2015
Incorporar las redes sociales es el proyecto de diseño comunicacional, así como espacios virtuales es sólo una primera etapa para la comunicación interactiva.  La interactividad supone  retroalimentación e interacción colaborativa y también una teatralización del espacio-imagen. Para la interactividad hay que crear un  espacio escenográfico de resignificación interconectando el contexto del espacio con los elementos que forman la red – soporte de la interactividad. El lenguaje visual ofrece  luz, color, textura y forma, así como campos y modos de experimentación visual.
El rol del diseñador se complementa con el rol de director de arte y sonido. Tiene que asumir una  puesta en escena del diseño de la interactividad. Hay una  permanente interacción entre praxis y poiesis.
Desde el diseño conceptual, arquitectural y de interfaces al diseño audiovisual, todo es parte del enfoque proyectual, que debe potenciar la sensibilidad del usuario y ensanchar sus modos de percibir. Un lugar especial en este sentido lo tienen los  disparadores de la interactividad que deben llamar la atención y provocar la interacción.
Para comprender la interactividad, más allá de su funcionamiento técnico, el diseñador puede estudiar su intervención en otros fenómenos creativos.
En el arte, la interactividad, el juego y la participación son los principios de “The Pool”, una instalación creada por la artista Jen Lewin que funciona como un mundo donde el juego y el movimiento cooperativo generan un ballet de salpicaduras de luz y sinfonías de color.

  O las instalaciones interactivas de Daniel Iregui, que  combinan luces brillantes, sonido y la interacción del público, que usando sus manos, brazos o cuerpo entero, puede manipular la gráfica, movimiento y horizonte sonoro, generando una experiencia multisensorial.

 El grupo internacional de arte Squidsoup  creó un campo inmersivo de luz y color, que abarque desde el techo hasta el piso, a través del cual los visitantes podrían pasar libremente. Se trata de crear  laberintos futuristas donde a medida que avanzan, las luces cobran vida,  para llegar a un climax audiovisual. Anthony Rove, uno de los fundadores del grupo, afirma que se trata de una experiencia vivencial que podría definirse como  “un crescendo extático, tanto sónica como visualmente”.
Para ver más:
http://arqtist.com/arte-interactivo/
En literatura también funciona la interactividad. Desde “Rayuela” de Cortázar que puede ser leída de dos maneras diferentes, hasta el fenómeno FAN FIC.
¿Qué aporta al universo  de la interactividad el FAN FIC?